Engañando al cerebro: Ilusiones ópticas
Por definición, una ilusión óptica es aquella que lleva al sentido de la vista a percibir una realidad que no es, o una realidad de varias formas, pero una ilusión óptica a quien engaña es al cerebro.
Muchos artistas, como Salvador Dalí, Marcel Duchamp o Octavio Ocampo han trabajado con este tipo de “arte“ en sus formas varias: ilusiones de ambigüedad, de distorsión, paradójicas, etc.
Las ilusiones ópticas no son solo un juego, sino que nos ayudan a entender cómo funciona nuestro cerebro, cómo vemos y cómo reconstruimos el mundo. Cuando nuestro cerebro no dispone de suficiente información o el contexto influye en la interpretación, la reconstrucción que hace es defectuosa y de ahí nacen las ilusiones ópticas.
¿Os apetece descubrir alguna de ellas?
“Pareja de Ancianos o Músico” (1930)
¿Qué habéis visto en el primer vistazo? Hay dos posibilidades, dos ancianos mirándose a la cara o dos hombres apoyados en una columna, uno tocando la guitarra y el otro sujetando algo sobre su cabeza.
“La pared del café” (1973)
Este fenómeno óptico lo observó por primera vez Richard Gregory en la pared de un café de Bristol, alicatado con azulejos blancos y negros. La ilusión consiste en que los azulejos parecen no tener el mismo tamaño, y las lineas paralelas se vuelven oblicuas. El cerebro no puede ver la pared como un todo y separa las zonas oscuras de las claras. Para evitar el contraste entre el blanco y el negro, nuestras neuronas tienden a convertir los claros en oscuros y los oscuros en claros
“Triángulo de Kanizsa” (1955)
Este es un tipo de ilusión ficticia, es decir, percibimos una figura que en realidad no forma parte de la imagen, simplemente se nos sugiere por medio de otras formas.
“Escalera de Penrose” (1958)
También llamada escalera infinita, ¿adivináis por qué? Esta es una ilusión óptica descrita por los matemáticos ingleses Lionel Penrose y su hijo Roger Penrose, y se basa en engañar la perspectiva. Su construcción en 3D sería imposible. Al recorrerla, después de la primera vez, uno termina volviendo al principio, y todo el recorrido se inicia de nuevo.
Como estas, existen miles de ilusiones ópticas y en Tibermotor ya le hemos dado vueltas a la cabeza para entender algunas y no volvernos locos con otras.