…Y Volvo se expande por los Estados Unidos
La expansión global que vivía Volvo, después de acabada la Segunda Guerra Mundial, trajo consigo nuevos retos… entre ellos el de convencer al comprador extranjero de las ventajas de adquirir un Volvo, un coche fabricado en la ciudad de un país lejano de la que pocos (de la ciudad) habían oído hablar antes. En este caso, peculiar fue el caso de los Estados Unidos, donde vender un coche de fabricación foránea era como tratar de venderle una nevera a los esquimales. Sin embargo, Volvo no tardó en demostrar que, incluso allí, había demanda para vehículos como su PV 444.
Fue en 1956, cuando Volvo mostró su PV 444 en el Salón del Automóvil de Nueva York… y, en pocos meses, el coche ya estaba disponible en más de cien concesionarios de todo los Estados Unidos. Pero, aún hay más. Para el año 1963, la demanda de Volvos, por parte del público de América del Norte fue tal que la marca tuvo que inaugurar una fábrica en Halifax (Canadá). Y es que, ya por aquel entonces, los EEUU eran (con gran diferencia) el principal mercado exportador para la marca. Volvo era ya la cuarta empresa automovilística extranjera que más coches importaba a los EEUU, consiguiendo una facturación de más de 2.000 millones de coronas y una plantilla que superaba los 20.000 empleados.
El desarrollo comercial de Volvo también fue unido a algo que ha caracterizado a la marca desde siempre: su desarrollo tecnológico. Así, llegado el año 1961, Volvo amplió su gama de vehículos con dos nuevas mecánicas de igual cubicaje (1.778 cc) pero distinta potencia: las versiones Favorit y Special equipaban el motor B18A, con 75 CV, mientras que la gama Sport circulaba con un motor de 90 CV.
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