Volvo en la Segunda Guerra Mundial
Volvo mantuvo su rápido y sólido crecimiento evolutivo hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Durante ese tiempo, la marca no cesó de sacar, cada año, nuevos modelos al mercado. Pero, cuando estalló el conflicto, la falta de combustible y materiales de fabricación se convirtieron en todo un todo un obstáculo. Por ejemplo, el racionamiento de la gasolina afectó, de manera brusca, a la venta de vehículos… que cayó de 7.300 unidades vendidas en el año 1939 a tan sólo 5.900 un año después. Había que buscar una solución y ¿Cuál fue?: fabricar vehículos que funcionaban con gasógeno. A los dos meses de comenzar la Segunda Guerra Mundial ya salían de la fábrica las primeras unidades de estos coches.
Durante toda la guerra, Volvo fabricó miles de coches que se movían con gasógeno. Las ventas de estos vehículos, más las ventas de vehículos militares, ayudaron a paliar la bajada de ventas. Además, la empresa continuó creciendo, a base de realizar algunas adquisiciones empresariales de éxito. El mejor ejemplo de esto es la compra de la mayoría de las acciones de Svenska Flygmotor AB. Esta empresa, que más tarde sería rebautizada con el nombre Volvo Aero, se dedicaba -y dedica- a la fabricación de motores y otros elementos de aviones de pasajeros, reactores de combate y cohetes espaciales.
Acabada la Segunda Guerra Mundial, en el año 1944, Volvo presentó dos nuevos modelos a los que llamó Automóviles para Tiempos de Paz. Uno de los modelos presentados, el PV444, vendido por el atractivo precio de 4.800 coronas (el mismo precio que costó el primer Volvo, puesto en la calle en el año 1927), obtuvo 2.300 pedidos en dos semanas.